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«Donde quiera que veáis la moderación sin tristeza, la concordia sin esclavitud, la abundancia sin profusión, decid confiadamente; es un ser venturoso el que aquí manda».
«Wherever you see moderation without sadness, concord without slavery, abundance without profusion, say confidently; it is a fortunate being who rules here».
— Jean Jacques Rousseau
E S P A Ñ O L
ODISEA BAJO EL CREPÚSCULO
El mago irrumpió sobre las montañas de una región devastada. Acariciaba su amuleto con tal ansiedad, que sus manos parecían tener voluntad propia. Lo acompañaba en su trayecto su amada compañera Sahara, convertida en una seductora serpiente de escamas arcoíris. Arrastrada por un suelo impío, Sahara percibía los males en el aire saboreándolos con su lengua bifurcada.
La obsesión del mago nunca se detuvo a pesar de las advertencias a su alrededor, ni siquiera los susurros de una luna oscura fueron capaces de apartarlo de aquel lugar hostil de montañas cobrizas. Llegó a una cueva y se introdujo en ella, cuenta la leyenda de que se trataba de la entrada hacia las entrañas de un titán milenario, que fue derrotado y arrancado su corazón de un tajo.
El mago estaba impaciente por descubrir los secretos que le llevarían a la gema; un valioso objeto combinado con todas las bellezas del mundo. Al dar diez pasos en el interior de la cavidad, Sahara comenzó a sisear, pero no tenía la certeza si lo que se avecinaba era perfidia o simplemente un evento inesperado. Al iluminar más al interior se toparon con una historia, contada por esculturas cinceladas con expresiones diabólicas y temibles.
Una sensación de estupor se incrustó en la mente de ambos viajantes, lacerando sus corazones con preocupación. La historia trataba sobre la deseada gema perdida y su influencia: hubo una vez un mago anciano que consiguió el cristal y se benefició de su poder; obteniendo juventud eterna, sapiencia infinita y visibilidad más allá de lo evidente, pero tanta potencia comenzó a consumirlo hacia la demencia, pues no estaba preparado para la inmensidad que se deslizaba por sus dedos.
Decidió construir un altar secreto, donde pudiera romper las ilusiones de todos aquellos magos que anhelaban el poder de la gema, y en un atisbo de exageradas mentiras, insertar el miedo en sus corazones y hacerlos huir despavoridos. Sahara se llenó de temor y aconsejó retornar, pero el mago estaba decidido, y no se dejaría influenciar por historias extrañas de un antecesor avaricioso.
Salieron de la cueva y descendieron por los costados filosos de la montaña hasta su próximo destino. La noche y el día se fusionaron, otorgándole más poder a la gran luna negra que sonreía al atestiguar todo; otro mago que caerá en la desgracia.
Un arco de hiedras sobre un sendero advertía con otra historia plagada de miseria y perdición. El mago hizo caso omiso, pero Sahara ya no lo podía soportar. El lomo tenso de la compañera reptil empezó a retorcerla y hacerla sisear con dolor: —¡Este es el camino de los condenados! —, fueron sus últimas palabras antes de quedar petrificada como una estatua de mármol.
La obsesión del mago no le permitió detenerse, estaba cerca, ya podía sentir todo ese poder. Llegó a un altar decorado por espinas y quedó maravillado por el centro que adornaba tan suntuoso trabajo. La gema de mil colores, estaba frente a él finalmente. Se acercó sigiloso estirando sus dedos nudosos hacia el cristal. Logró tomarlo finalmente y al acariciarlo con sus dos manos, éste le habló:
—Dime, mago, ¿qué es lo que deseas?
—¡Todo el poder infinito! —Exclamó con todo el brío de su garganta.
Un cegador resplandor comenzó a cubrir al mago hasta un punto en que los destellos se convirtieron en llamaradas blancas. Parecía una explosión, que finalmente terminó con la carcajada del mago distribuyéndose en el entorno. Nada quedó de él, solo su ropa en el suelo cubierta de polvo. Pero en otra dimensión, el mago se hallaba rodeado de símbolos y luceros que pronunciaban conocimiento infinito. Ahora es parte de una fracción de la eternidad.
FIN
E N G L I S H
ODYSSEY UNDER THE TWILIGHT
The wizard burst over the mountains of a devastated region. He stroked his amulet with such eagerness that his hands seemed to have a will of their own. Accompanying him on his journey was his beloved companion Sahara, transformed into a seductive rainbow-scaled serpent. Dragged along an unholy ground, Sahara sensed the evils in the air, tasting them with her forked tongue.
The wizard's obsession never stopped despite the warnings around him, not even the whispers of a dark moon were able to draw him away from that hostile place of coppery mountains. He arrived at a cave and entered it, legend has it that it was the entrance to the entrails of a thousand-year-old titan, who was defeated and his heart was ripped out with a slash.
The magician was impatient to discover the secrets that would lead him to the gem; a valuable object combined with all the beauties of the world. Taking ten steps inside the cavity, Sahara began to hiss, but was uncertain if what was coming was perfidy or simply an unexpected event. As they shone more light into the interior they stumbled upon a story, told by sculptures chiseled with devilish and fearsome expressions.
A sense of stupor embedded itself in the minds of both travelers, lacerating their hearts with worry. The story was about the desired lost gem and its influence: there was once an elderly wizard who obtained the crystal and benefited from its power; gaining eternal youth, infinite sapience and visibility beyond the obvious, but so much power began to consume him towards dementia, for he was unprepared for the immensity that slipped through his fingers.
He decided to build a secret altar, where he could shatter the illusions of all those magicians who craved the power of the gem, and in a glimpse of exaggerated lies, insert fear into their hearts and make them flee in terror. Sahara was filled with fear and advised to return, but the wizard was determined, and would not be swayed by strange tales of a greedy ancestor.
They left the cave and descended the sharp sides of the mountain to their next destination. Night and day merged, granting more power to the great black moon that smiled as it witnessed it all; another wizard to fall into disgrace.
An arch of ivy over a path warned of another story of misery and doom. The wizard ignored it, but Sahara could bear it no longer. The taut back of the reptilian companion began to twist and hiss in pain: "This is the way of the damned!", were her last words before she was petrified like a marble statue.
The magician's obsession did not allow her to stop, she was close, she could already feel all that power. He arrived at an altar decorated with thorns and marveled at the center that adorned such a sumptuous work. The gem of a thousand colors was finally in front of him. He crept closer stretching his gnarled fingers towards the crystal. He finally managed to take it and as he caressed it with his two hands, it spoke to him:
-Tell me, wizard, what is it that you desire?
-All infinite power! -He exclaimed at the top of his voice.
A blinding glow began to cover the wizard to a point where the flashes became white flares. It seemed like an explosion, which finally ended with the mage's laughter distributing itself into the surroundings. Nothing was left of him, only his clothes on the ground covered in dust. But in another dimension, the magician was surrounded by symbols and stars that spoke infinite knowledge. He is now part of a fraction of eternity.
THE END
Escrito por @universoperdido. 5 de marzo del 2022
Written by @universoperdido. March 5, 2022
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