
Fuente
Escribir el silencio
Y como tal, puede ser tanto liberador
como angustiante.
Puede resucitarte en el proceso,
o ponerle la piedra final a tu tumba.
Ya sea para poder comunicarte
con los otros,
o para comunicarte contigo mismo,
que son también los otros,
pero no ajenos.
sacro o profano,
según sea el caso.
Ya sea para escribir sin decir nada,
y evitar ponerte en evidencia,
o para escribir y decirlo todo,
sin importar las evidencias.
Es orar con una pluma en vez de un crucifijo.
Es confesarse con el todo
o con la nada,
según nuestra filosofía personal.
o al diablo,
según sea el género;
pero sin descansar al séptimo día,
sino hasta haber construido, o destruido,
nuestro mejor cielo o infierno posible.
sin escatimar segundos, minutos,
horas o eternidades en el proceso.
Es crear instantáneas eternas
que se van revelando al leerlas.
de independencia, de revolución.
Es un acto de exploración,
de búsqueda arqueológica
en lo más profundo de la sociedad
y de nosotros mismos
que hablamos mejor con los dedos con la boca,
—o al menos eso nos gusta creer—,
escribir es una refinada forma de silencio,
valiente o cobarde, según sea el caso,
es una hermosa forma de estar callado
y decirlo todo, sin pronunciar palabra.


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