Sentado allí, en la penumbra de mi habitación, tenía días meditando en la más absoluta oscuridad. Me sentía devastado, como un cascarón vacío.

Recordaba con nostalgia aquellos días en que mi musa era quien gobernaba mi vida, esa vida que inicié en la escritura cuando ya estaba en edad avanzada. Fué como descubrir otro mundo, escribir siempre era otro nivel, es como vibrar en otra frecuencia, ver al mundo desde los ojos mágicos de las letras.

Siempre fui muy creativo, era algo que iba atado a mi florida inspiración, y es que para mí, la creatividad y la inspiración, son hermanas gemelas, una lleva de la mano a la otra. Para nada me costaba armar una historia, de la nada surgían relatos fabulosos. Mi imaginación volaba con tan solo ver un objeto o verme inmerso en una situación.

Y es que esa es la vida de un escritor, creatividad, ingenio e inspiración, siempre unidas, cuando alguna se extravía, las otras, simplemente, dejan de funcionar a cabalidad.

Tengo miedo de salir de esta penumbra, siento que dejé a alguna de las tres perdida en el camino. Hoy tan solo puedo reflexionar y hacerme auto crítica para lograr dilucidar que fué lo que me pasó.

Decía mi amiga Paulina la última vez que nos vimos, "Alejandro, tal vez te estás ahogando en un vaso de agua respecto a tu creatividad que crees perdida".

Quizás son tan solo momentos de pausa en tu vida de escritor, nunca puedes dar algo por sentado hasta ver que es totalmente real lo que piensas, y si lo piensas como correcto, también puede haber un margen de error.

Llevo días encerrado, frustrado, triste y amargado, pensando en mi creatividad extraviada, que se llevó consigo a mi inspiración.

Me sirvo otra taza de café, de repente empiezo a pensar en Paulina y sus palabras, me siento en el computador apagado desde hace casi un mes, un mes en el que he sido improductivo respecto a las letras, de repente, se enciende en mí una chispa de alarma, comienzo a pensar.

Despierto y mis dedos comienzan a acariciar el teclado, respiro profundo, abro la ventana para que entre la luz. Abro los ojos al mundo, ese mundo que he ignorado a propósito durante un mes, sí, yo que nunca abandonaba mi blog nisiquiera un día.

Me estreso, me da tristeza el tiempo perdido, pero a la vez, hay una luz interior que me dice: escribe, sé creativo, avanza, no te quedes en la oscuridad cuando hay tanta luz dentro de tí y a tu alrededor.

Reflexiono, sonrío, mi mente se aclara, comienzo a escribir, quizás fueron momentos oscuros y de pausa en los que me deje dominar y caer en el foso de la inactividad y el pesimismo.

Ese no soy yo, yo soy diferente, regresan las ganas de escribir, comienzo una historia, esta historia.

Volví a la vida, me siento feliz, me abrazo, escribo y escribo, quiero recuperar el tiempo perdido. Creatividad nunca me dejes y cuando caiga, dame la mano para levantarme y seguir creando mundos mágicos que me hagan sonreír y hagan felices a otros con mis líneas.