Interstellar (Película): una joya de la ciencia ficción

Christopher Nolan es uno de mis directores de cine favoritos y varias de sus películas, por no decir todas, se encuentran entre las mejores que he visto. Como esta semana el británico estuvo de cumpleaños, decidí reseñar alguna de sus películas (vi todas sus producciones antes de comenzar a usar esta plataforma y por eso no las había reseñado en este espacio). Hace algunas semanas volví a ver Interstellar, una película de ciencia ficción de 2014 y una de las más aclamadas por sus seguidores.

Del póster y del nombre de la cinta (imposible de traducir mal) se desprende que se trata de una cinta de ciencia ficción pura y dura: naves espaciales, astronautas, ciencia avanzada, el espacio exterior, todo ello forma parte de la trama que a su vez tiene un matiz dramático. La vida en la Tierra está llegando a su fin a causa de un desastre natural y por ello la humanidad ha tenido que concentrarse de nuevo en la supervivencia. Cooper (Matthew McConaughey), un exingeniero viudo reconvertido a granjero, vive junto a su suegro y a sus dos hijos, Tom y Murphy, cuando, después de un curioso evento fantasmal, llega a las instalaciones secretas de un proyecto gubernamental. Lo que queda de la NASA, desaparecida por presión pública, está desarrollando un proyecto especial: buscar un nuevo hogar para la raza humana.

Allí se reencuentra con el Dr. Brand (Michael Caine) y conoce a su hija Amelia (Anne Hathaway). La misión consiste en viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en el que la vida humana y su desarrollo sean sostenibles. Por un lado, es toda una aventura: viajes espaciales, agujeros de gusano, pasar por los anillos de Saturno, sí, todo suena muy genial, pero se trata de abandonar la Tierra, la cuna de la raza humana, porque no buscan establacer una colonia, sino garantizar el traslado de la humanidad. Es una mudanza a gran escala.

Entonces, Cooper es reclutado para pilotar la nave que viajará a tres planetas cercanos a un agujero negro supermasivo llamado Gargantúa, ¿por qué estos tres planetas? Misiones anteriores enviaron datos alentadores desde allí. Es decir, se trata de un proyecto que lleva años y que tardará aún más años en completarse (el viaje hasta la entrada del agujero de gusano, cerca de Saturno, es de dos años). Cooper tiene que apartarse de su familia si desea encontrar un nuevo hogar para ellos y para la humanidad. Sus hijos, apenas adolescentes, serán mayores cuando regrese... si todo sale bien y puede regresar.

Todo el tema del viaje interestelar, el agujero de gusano y las posibilidades de la teoría cuántica, pueden parecer difíciles de entender para algunos, pero el guión de la película logra explicarlo de manera accesible, por lo menos en lo que le interesa a la trama. Es así como sabemos que visitar los tres planetas con posibilidades de alojar a los humanos en el futuro, presenta un riesgo importante: mientras más cerca estén de Gargantúa, el desfase temporal entre la misión y la Tierra será mayor. Están en otra galaxia, el tiempo transcurre de manera diferente y lo que en la superficie de uno de esos planetas puede parecer una hora, en la Tierra habrán sido años. Si se demoran mucho ¿volverá Cooper a ver a sus hijos? ¿lograrán encontrar un planeta a tiempo para salvar la raza humana? Cabe la posibilidad de que, si las cosas salen mal, al volver a la Tierra con los resultados de la misión, ya no quede nadie a quien salvar.

Como yo, Nolan es un obseso del tiempo como tema narrativo. En Inception, Memento, Dunkirk y por supuesto en Interstellar, somos testigos de alteraciones temporales y de un curso temporal no lineal o desigual para varios de sus protagonistas. Así que mientras vemos a Cooper llegar a Saturno, atravesar el agujero de gusano y rodear Gargantúa, también vemos en la tierra cómo sus hijos se convierten en adultos, Tom (Casey Affleck) tiene una hija y Murphy (Jessica Chastain) pasa a formar parte del proyecto en el que se ha embarcado su padre. Para ellos han pasado décadas, pero Cooper debe ser testigo ausente, a través de videos, de cómo su pequeña se ha convertido en una mujer de su misma edad en un abrir y cerrar de ojos.

El guión fue escrito por Nolan junto a su hermano Jonathan, basándose en una historia de Kip Thorne, físico teórico que ejerció como consultor científico y productor ejecutivo para la película, razón por la cual toda la ciencia mostrada en Interstellar posee un alto nivel de veracidad, además de asombro. Pero al elemento científico se une la parte visual (fotografía, dirección, locaciones, las tomas del espacio, los paisajes de planetas lejanos, efectos especiales que le valieron su única estatuilla en los premios de la academia), la increíble banda sonora que obtuvo una nominación al Oscar y que ha sido objeto de estudio por expertos porque incorpora elementos precisos y propicios para la historia; los efectos de sonido, el gran talento de un reparto de primera y por supuesto, el elemento dramático de la trama. No quiero revelar mucho de esto, pensando en quienes no la han visto, pero digamos que el simple hecho de que toda la raza humana tenga que abandonar su planeta, es el acontecimiento menos impactante de una historia que agrega mucha emotividad gracias a la conexión entre Cooper y su hija Murphy.

Debo confesar que la ciencia ficción no es mi género favorito. Me gustan los dramas concernistas que generan historias influidas por elementos científicos avanzados (como Her, Eternal sunshine of the spotless mind, o Never let you go), pero en los que no está presente lo científico de manera muy directa. Las naves espaciales, astronautas, extraterrestres, robots y demás, no son lo mío (con algunas excepciones como Arrival o Matrix), pero Interstellar logra emocionarme, conmoverme y maravillarme, como debió ocurrirles a las personas el siglo pasado con 2001: Odisea en el espacio, Star Wars o en su momento Metrópolis de Fritz Lang. A estas alturas del partido en que ya hemos ido a la luna, hemos enviado misiones a Marte e incluso existe una compañía privada de viajes al espacio, como si estuviéramos en The fifth element, no es fácil contar una historia que trascienda la ciencia de la actualidad y los pasos agigantados de su avance. Es por eso y por todo lo demás que creo que Interstellar es una cinta de 8,5/10 puntos y un referente obligado para los amantes de la ciencia ficción. Es más, me atrevería a llamarle un clásico dentro del género, a pesar de ser tan reciente, porque precisamente es una película tan pero tan buena, que hace parecer a Nolan como un ser de otro planeta.

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