4 meses, 3 semanas, 2 días (Película): un retrato real del aborto

El buen cine puede provenir de cualquier parte. Siempre lo he creído y mi experiencia me ha ayudado a reforzar esta visión, ya que he visto grandes películas realizadas en países tan diferentes como China, Afganistán y Dinamarca, lejos de las grandes industrias cinematográficas y las titánicas productoras de Hollywood. Pero hasta ahora (y espero que la memoria no me falle en esto), no había visto ninguna película rumana.

Rumania es un país de Europa del Este que limita con Hungría, Serbia, Ucrania, Moldavia y Bulgaria, así que podemos decir que no están en el vecindario más tranquilo. Aunque hoy sea el noveno país más grande de la Unión Europea por área y su capital Budapest seal la décima ciudad más grande de la Unión Europea y una de las más pobladas, el pasado reciente de Rumania es bastante tormentoso, con ocupaciones y un régimen socialista que colapsó a finales de los años ochenta, principios de los noventa. Es en este contexto histórico en el que se ubica la trama de 4 luni, 3 saptamini si 2 zile (en inglés 4 Months, 3 Weeks & 2 Days), en donde Otilia, una estudiante que comparte habitación en una residencia estudiantil en Bucarest, acompaña a su amiga Gabita en la toma de una decisión bastante difícil: abortar.

Hoy día, el aborto es legal en muchos países y se realiza en clínicas acondicionadas para ello, con profesionales a cargo. El dilema moral/religioso de si es correcto, está bien, o no, es otra cuestión muy diferente que escapa a los márgenes de esta pelícua y por lo tanto de este publicación. En este caso, el drama es que Gabita es una mujer joven que está embarazada y no quiere tener a su criatura, pero vive en un país en el que estas prácticas son ilegales, condenadas, perseguidas y castigadas con prisión, tanto para la mujer, como para quienes la ayuden o la asistan, en este caso Otilia y Mr. Bebe, un hombre de carácter duro y perfil sospechoso, con quien las chicas se citan en un hotel barato para que le practique un aborto ilegal a Gabita, a cambio de una suma considerable de dinero porque es mucho lo que arriesga.

La tensión va creciendo poco a poco porque se van sumando factores que vaticinan el peor de los escenarios: el hotel acordado estaba repleto y han debido buscar uno nuevo; han gastado más dinero del previsto para la estadía; la tarifa de Mr. Bebe es más alta que la suma que han podido juntar las amigas; el embarazo de Gabita está más avanzado de lo mencionado antes; y Otilia, quien debía quedarse en todo momento con su amiga, debe ausentarse unas horas para acudir al cumpleaños de su suegra, dejando a Gabita sola, encerrada en la habitación del hotel... presentimos lo peor.

El tiempo transcurrido en la película es de un único día. Inicia con las amigas acordando los últimos detalles de lo que al inicio parece una escapada adolescente y culmina esa misma noche, después de haber llegado al hotel, conocer a Mr. Bebe y haber realizado la intervención y es narrado on una fluidez tal que casi parece que asistiéramos a los acontecimientos en tiempo real. Cristian Mungiu, escritor y director de esta cinta, logra darle una gran tensión con el juego de las cámaras en movimiento en algunas escenas para dar urgencia vs. los cuadros fijos en los que algunos elementos de la escena permanecen ocultos para el espectador, creando algo de suspenso alrededor de los que no vemos; pero a mi parecer, el mayor acierto de la película fue la decisión de haber centrado la historia (y las cámaras) en Otilia y no en Gabita. Otilia es la amiga, la que está junto a ella en todo momento, consigue dinero prestado, la cuida, se sacrifica e incluso entrega de ella misma más de lo que se hubiera pensado en un principio, teniendo que hacer cosas bastante fuertes; la historia no es sólo una reflexión sobre el aborto, sino también sobre la amistad.

La vida, la muerte, la responsabilidad, el poder de decidir, las acciones y sus consecuencias, la legalidad, todo ello con tintes dramáticos, sociales, emotivos, políticos, configuran una extraordinaria demostración de eficiencia y uso óptimo de recursos para una producción que costó un poco más de medio millón de euros, pero que logró coleccionar muchas nominaciones y galardones a lo largo y ancho del globo, incluida la Palma de Oro del Festival de Cannes. Para mí, 4 meses, 3 semanas, 2 días es una película de 8/10 puntos, un drama que debe ser visto para su apreciación fílmica, de guión y también para reflexionar de una manera cruda (hay escenas muy gráficas), veraz y bastante objetiva (no hay juicios morales ni condenas espirituales por la acción) sobre el aborto, un tema que aún es tabú en algunas sociedades, por lo que una vez más el cine actúa como campo de debate para estas cuestiones de importancia capital que no siempre están sobre la mesa.

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