Ha inicios de este año paso un hecho que cambio un poco la dinámica hogareña.
A inicios del mes de febrero, cerca de mi casa fueron conseguidos por una vecina y mi sobrina una caja con tres cachorros de gatos abandonados. Los ruidos las atrajeron y cuando se consiguieron con seres tan desamparados decidieron llevarlos a mi casa. Eran dos hembras y un mancho en total.
En mi casa nunca habíamos tenido un gato. Habíamos tenido una perrita que duro cerca de 16 años con nosotros y luego de su muerte en el 2019 no habíamos vuelto a adoptar a una mascota para la casa. Pero algo en esos gatitos cautivo a mi sobrina quien insistió en quedarnos con una; más concretamente con una gata negra a la que bautizo como Luna, como la gata en Sailor Moon.
A los otros gatitos se les consiguió hogar a los pocos días de que los conseguimos y nos quedamos solo con la pequeña Luna, y la verdad siento que ha sido lo mejor que me ha pasado este año.
Verla crecer, ver sus ojos cambiar de azul a verde, cuidarla y jugar con ella; que ella se escape y entre a los cuartos para tratar de dormir con mi sobrina o conmigo ha sido algo muy bello.
Espero que sean muchos los años venideros junto a nuestra pequeña compañera y deseaba mostrarles al último integrante de mi familia.
