Acompáñame si gustas,
si no temes sentirte así,
sola, al lado de nadie,
una persona sin nombre y sin anhelos.
Acéptame y quédate,
aborréceme y lárgate;
yo, seguiré en silencio, en esta silla,
volviéndome viejo, muriendo.
Si te quedas, evita quejarte,
hablar de tus penas y angustias,
anécdotas y experiencias,
evita parlotear sin cesar.
Aprecia esta quietud,
abandona el miedo a dejar de escucharte,
a la desesperanza,
abraza la realidad.
Respira profundo,
siéntate en silencio, contempla
con la mirada ausente, perdida,
el sinsentido absurdo.
Calla, hazlo por un momento e imita
mi respirar pausado, este sosiego ajeno,
mi sufrimiento a solas, en esta silla,
muriendo, volviéndome viejo.
la original puedes verla aquí.
