Te daré lo poco que tengo
y los latidos arrebate de mi pecho
iré siempre dispuesto
dónde tu mirada me aliente
a pretenderte e invite
a ser de tu espalda el sustento,
seguiré tu luz como luceros
que alumbran por la noche el sendero
y gritaré tan fuerte
qué Dios vendrá a protegerte.
y del alba tomaré la calidez
para entibiar con ella tus palmas
y agradeceré el gestó de verte
al día día al agraciar mis pensamientos
y pupilas con el paisaje
precioso de tu sonrisa.
mi verso y el sincero sentimiento
con el que ante ti me presento
y llevaré mi mejor poema
el que se inspiró en tu diadema.


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