Cuando se quieran pelar los tomates, se procede de dos maneras: 1.ª Se pone agua a hervir y cuando hierve a borbotones se sumergen los tomates durante unos 3 segundos. Se sacan acto seguido, se pelan y se
echan en agua fría para que se endurezcan otra vez. 2.ª Con un cuchillo se pasa el canto opuesto al filo del mismo apoyando bastante sobre el tomate. Después con el filo se pelan, desprendiéndose la piel así mucho más fácilmente.