¡Verde que te quiero verde!

Una pequeña selección de tres fotografías en macro que tomé este martes que se sintió como un domingo porque fue feriado nacional en Argentina por el día de las Malvinas y los veteranos.

Nunca fui de tomar sol. Sin embargo, durante mi primer otoño el año pasado, sentí una conexión especial con el sol de abril. Podemos ponernos esotéricos y brujo con las cuestiones astrológicas. Pensar que es el sol de mi mes, de abril, que es el fuego ariano siendo cálido en pleno otoño. Da igual si todos esos análisis o puntos de vista son ciertos, el punto es que instintivamente el sol de abril me hace salir y sentarme o acostarme en medio de la nada a tomar el sol, a sentir sus rayos sobre mis poros, a solo estar y con los ojos cerrados ver al infinito cielo, ya sea nublado o despejados. Estando en esa especie de ritual miré al costado y observé el reluciente verde de unas plantas de la terraza que se niegan a morir en la estación. Pensé en cómo hay un punto del otoño en el que el verde está en su punto más reluciente justo antes de morir. Ese verde capté.