
Fuente
Gloria eterna
y la luz llenó la noche
en un estallido de dicha.
y los astros cambiaron sus órbitas
para alinearse a su mirada.
y caminó sobre las arenas del tiempo,
mientras la eternidad se partió en dos
para abrirle camino.
Murieron a su tacto temores y miedos.
Abrió los labios y el verbo se volvió carne,
huesos, piel y tendones.
nací y morí al mismo tiempo.
Como cada mañana
que despierto al cobijo de su palabra.
Como cada día
que vivo al abrigo de su fe,
de su dogma, de su credo.
de lo que dicen sus líneas,
sus tangentes al origen de la vida
que vive en su vientre.
En su centro que es mi centro.
En su todo que es mi todo.
En mi vida que es suya,
hasta siempre,
y desde siempre.
y es mi doble opuesto,
lo cóncavo de mi convexo,
mi religión, mi mundo,
mi universo... mi mujer.

Les comparto este segundo texto de los que espero sean muchos, que escribo en minutos a partir de una idea que me llega de momento. En este caso el detonante fue la frase de una canción de un grupo de rock mexicano llamado San Pascualito Rey, y aunque el texto tomó un rumbo que no me esperaba, al final me he quedado conforme con el resultado.
Escrito ayer por la noche, hoy solo lo he organizado un poco para fines de presentación y he agregado un par de frases al final que creo que le permiten cerrar mejor. Espero haya sido de su agrado... y hasta la próxima.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.

©bonzopoe, 2019.