Palabras equivocadas.

A pesar de su timidez, le fascinaba mentir cual si fuera un juego para niños, cualidad que lo había llevado a obtener grandes recompensas o a meterse en grandes problemas, como los que se le venían encima en ese momento.

Palabras equivocadas, lugar equivocado o quizá un circulo equivocado de público para actuar en ese momento decretándose como gran conocedor de las mejores técnicas para abrir cualquier tipo de cerradura sin importar lo antiguas o complicadas que estas fueran contando experiencias que a cualquier ser en la sala sorprenderían.

Una mentira para impresionar que llego a los oídos incorrectos y lo tenia en este momento caminando por una autopista oscura con alguien apuntándole en la nuca y con la amenaza de que solo tendría tres oportunidades para lograr su objetivo. A dos intentos fallidos de intentar lograr algo que para el resultaba imposible sintió el frió metal del arma rozándole nuevamente la nuca y pidiéndole que le mirará a los ojos.

Ante su imposibilidad y su cercana amenaza de muerte no tuvo mas opción que soltar todo y ver a su secuestrador sin mas esperanza que una muerte rápida, a lo que en la cara de su secuestrador se dibuja una sonrisa y le tiende la mano diciéndole "Ya ves que no solo tu eres un buen mentiroso, aprendí bastante de ti en esos viejos tiempos..."