En el año 2017, cuando realizaba una ruta de senderismo por un lugar llamado Bosque de Pinos, el cual se halla en el Parque Nacional Macarao, en el estado Miranda #Venezuela tomé muchísimas fotografías de aquel cálido y majestuoso espacio, rodeado por infinitos pinos y por los horizontes de las montañas de los Altos Mirandinos.

En medio de aquel paraje, a lo lejos, emergió la figura de un joven que montaba un caballo y que poco a poco recorría el sitio para asegurarse que todo estaba bien. Era un hombre, aliado del servicio de guardabosques, que rondaba aquella naturaleza para cuidar de los presentes, los pastos naranjas y de los maderos característicos de ese tipo de arbusto.

La presencia del ejemplar, pese a que se notaba que no se estaba bien alimentando, nos cautivó a todos, por su melena dorada, su pelaje ocre y también por las riendas púrpuras con las que lo domaban. Llamaban muchísimo la atención.

Era un equino tranquilo, poso por un rato para mí, aquella vez que, con celular en mano, recolectaba imágenes para mi uso personal. Sin duda, aquel lugar es mágico por su aire, su silencio y el universo multicolor de sus capas.

Recientemente me recordé de estas tomas y les hice una edición para intensificar los tonos lilas y añadir otra entrada para el concurso que tienen nuestros amigos de PIVX.

Si quieres enterarte todos los detalles, por acá te dejo el post te dejo el enlace en el que podrás saber todo lo que debes hacer para participar

¡No dejes de participar!