Una de las cosas más bonita de la cuidad son sus perros de comunidad, son como un bien patrimonial de la nación; perros cuidados y queridos por todos los que hacen vida en un espacio o sector y que son amigos del pueblo brindando cariño y compañía sin pedir nada a cambio más que un trato recíproco.
Con más perros como este en nuestras ciudades poco serían necesarios los psicólogos y psiquiatras.