A él todo le parece que fue mentira,
le llegaron a su puerta con noticias,
su esposa y sus dos hijas fueron victimas
de un accidente en plena autopista;
desde es día quedó en silencio,
con rutinas simplistas de vida,
le quitaron sus rayos de luces,
le robaron lo que él más quería,
esas pocas fuerzas que le quedan
lo llevan a las vías del tren de Pasadena.

A él le parece que fue otra mentira,
cuando despertó en el hospital,
completo, sano y hasta un poco mejor,
ya que por semanas recibió alimentación,
una enfermera que lo reconoció
lo cuidaba día y noche hasta que despertó.

En su debilitamiento pensó que se había lanzado,
pero solo fue un desmallo prolongado,
cuando abrió los ojos todo había cambiado,
como si hubiera sellado el dolor y abandono,
ese sueño profundo de varios días
fue como la muerte que creía que merecía.
Desde entonces retomó sus pasos y trabajo,
hasta se enamoró de aquella enfermera.
El tiempo pasó ahora es padre otra vez
de dos niñas hermosas, ángeles para él;
ya no se queda en casa, acompaña a las tres.