Raúl descansaba en su patio, fumando uno de esos cigarros que tan feliz le hacían todos los días después de una dura jornada de trabajo, le encantaba ese momento, se relajaba y no pensaba en nada, solo en sus plantas, las cuales contemplaba con detenimiento cada noche.
Ese día fue diferente a todos los demás. Cuando ya se había acabado su cigarro vio sobre sí un destello de pasar cerca de su cara, tan rápido que apenas supo de lo que se trataba, incluso se llegó a plantear que no era nada y había podido ser producto de su imaginación. En aquel momento ya se notaba bastante afectado debido a los humos que había aspirado.
Un momento después, otro destello más, pensó que debía ser real porque si no lo era sería buena idea el dejar de fumar por un tiempo. Ante sí un tercer destello. Sobre la mesa que tenía justo delante cayó algo que le hizo dar un salto hacia atrás de su silla y lo llevó hasta dentro de su casa, ésta fue su reacción natural ante un posible peligro que desconocía.
Una vez dentro no se atrevía a salir fuera, no sabía a lo que se enfrentaba pero se había percatado de que algo había caído sobre su mesa, justo a su lado. Se asomó desde dentro con precaución, muy levemente y pudo divisar un objeto pequeño y con una misteriosa forma ovalada, allí posado junto a su cenicero como si nada hubiera pasado.
Salió al patio después de un tiempo de reflexión consigo mismo y se sentó en la silla de nuevo, en ese instante decidió liarse otro cigarrillo mientras observaba el pequeño objeto. Lo encendió y comenzó a fumar, en ese momento se dio cuenta de que llevaba un amplio rato mirando embobado el objeto, no conseguía quitarle los ojos de encima, hasta que finalmente lo cogió y continuó fumando, ya con una gran tranquilidad después del susto inicial.
Su mirada se llegó a volver penetrante, observaba aquella cosa sin apenas pestañear, alargó su brazo y lo cogió entre sus curtidas manos, lo empezó a acariciar suavemente y cada vez de forma más intensa, pasados unos minutos se vio un fuerte resplandor que iluminó todo el patio, una vez desapareció la luz Raúl pudo observar delante de él la figura de tres personas, eran dos mujeres y un hombre, todos gozaban de un alto atractivo físico para sus ojos.
Los tres desconocidos miraban a Raúl con un alto deseo, éste se quedó enmudecido, no pudo articular ni una sola palabra, se hallaba bajo los efectos de un extraño embrujo el cual no lo inquietaba en lo más mínimo. Se acercaron a él y comenzaron a besarlo y a tocarlo apasionadamente, Raúl sin decir nada se dejó poseer por los tres, se desnudaron y la orgía dio comienzo.
Raúl penetró y se dejó penetrar, comió y se dejó comer, todos los miembros de la orgía interactuaban entre ellos de forma plena y placentera, pasada una media hora se produjo un orgasmo múltiple por parte de todos ellos al mismo tiempo, un chorro eyaculador hizo que concluyera la escena.
Una luz muy intensa apareció de nuevo como de la nada, Raúl se vio de nuevo deslumbrado debido a la intensidad del destello, en ese mismo momento se escuchó:
- Ciudadano de la Tierra, gracias por su donación, hemos intentado satisfacer todas sus fantasías sexuales, su colaboración será de mucha utilidad para el futuro de nuestro planeta, esperamos que haya disfrutado plenamente.
Raúl se frotó los ojos con sus manos, cuando volvió a mirar de nuevo estaba solo ante su cigarro a medio fumar, lo cogió y lo volvió a encender, estaba muy tranquilo, nada sobresaltado por todo lo allí acontecido, mientras fumaba dijo en voz alta:
- ¡Ésta hierba sí que es mierda de la buena!!!!!
Para leer más: