Continuaba con mi extraño viaje alucinógeno, aquel que me llevó a una especie de nueva dimensión, a algún lugar o a algún tiempo desconocido para mi insignificante mente humana.
Parecía un nuevo despertar para mi conciencia, había conseguido contactar a un nivel superior, jamás había llegado a pensar que sería capaz de llevar a cabo un viaje hacia las profundidades de mi mente.
Aunque la realidad era que no sabía si realmente aquello era mi mente, la mente de otro o una jugarreta de mi cabeza, afectada por la pérdida de cordura.

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Al pensar todo aquello, fui víctima del pánico más atroz, mi cuerpo comenzó a auto-colapsarse poco a poco, hasta que apareció ella junto a mí, su sola imagen me transmitió la cantidad justa de cordura que necesitaba para estabilizar y contener todos los átomos que componen mi cuerpo.
Me vi reflejado en sus oscuros ojos conforme se acercaba a mí, acercó su mano, tocó mi cara y con ese simple gesto me hizo sentir, de nuevo, una enorme paz que me ayudó a olvidar la extrañeza de todo aquello, de aquel lugar, aquel tiempo, esa especie de paranoia psicodélica en la que me había visto envuelto sin saber cómo…
Le cogí la mano, la acerqué hacia mí y nos besamos, mientras eso sucedía sentí que saltaban chispas de nuestros labios, de nuestros genitales… Algo fuera de lo normal pasaba, todo era tan intenso que me volví a desorientar, ya no sabía en qué momento de mi tiempo me encontraba, no sabía cuál era el instante que me tocaba vivir, y por supuesto, no sabía si todo aquello era un eco del pasado, del futuro o de una alterna dimensión en la que me había conseguido colar de alguna excéntrica y hábil manera.

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Otros ecos del futuro:
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