Dudas existenciales para mentes inquietas

esponja.jpg

Hola queridos Steemers,

Hoy mi post va a tratar sobre cuestiones que van más allá de la mera cuestión superficial. Es un tema de una profundidad extrema. Son preguntas que nos hacemos todos y que nadie se atreve a preguntar. ¿Miedo? ¿Vergüenza? No lo sé, pero después de leer este post, sus mentes emprenderán un otro camino. El camino de la sabiduría que os lanzará hacia una vida mejor. No lo dudéis.

Corrían los años dos mil (¿se dice así? para los años 70, 80 o 90 está claro, pero para la década que va del 2000 al 2010, ¿cómo se diría?) y nos encontrábamos en un ensayo con uno de mis grupos de rock progresivo.

No sé si fue fruto de las magdalenas o de los bollycaos que nos merendábamos por aquellas épocas, pero uno de los componentes preguntó lo siguiente:

Vosotros cuando os ducháis, ¿os limpiáis primero la cara con la esponja o el culo?

Como no podía ser de otra forma, se abrió el debate. Dejamos los instrumentos de lado y nos centramos en lo importante ahora. El tema en cuestión. Como se diría en mi pueblo: "la pregunta no era ni moco de pavo, ni pelo de polla".

Uno de los que se encontraba allí, parece ser que no entendió la pregunta en cuestión. ¡Qué más da! decía él.

Otro, más avispado que éste último, dijo: ¡claro que importa! Si primero te das en el culo, luego te resfriegas tus palominos por la cara!

Fue decir esto, y todos los que estábamos allí presentes empezamos a entender de qué se estaba hablando. ¡Claro! ¡El orden importa!

Cuando ya parecía que todos habíamos entendido la idea y que teníamos una clara respuesta ante cómo hay que efectuar un correcto lavado corporal, otro, que hasta entonces no abrió la boca, dijo:

Sí, pero entonces si siempre realizamos el proceso siguiento el modelo: cara-culo, ¿qué pasa cuando al día siguiente coges de nuevo la esponja y empiezas a limpiar con ella tu cara?

¡Nooooooo! ahí ya todos nos quedamos con el culo torcío. ¡Claro! ¡lo que parecía un procedimiento perfecto ahora resultaba que no lo era tanto! ¡Los palominos seguirían yendo del culo a la cara, pero en lugar de hacerlo el mismo día, lo harían en nuestra siguiente ducha!

Aquí ya nadie sabía lo que decir.

Tras varios minutos de incertidumbre, uno de ellos, por decir algo, afirmó que él se lavaba con las manos, que no usaba esponja. Él pensaba que con decir esto ya todos le diríamos: ¡Bravo! ¡has descubierto petróleo! Y no, todos le dijismo que por eso él huele normalmente a rancio.

Lo bueno de estar entre amigos es que se puede hablar con sinceridad. Por supuesto, no se lo tomó a mal. Sus padres siempre le dijeron, para camuflar esta obviedad, que tenía un olor diferente. Cosas de padres.

Otro dijo que quizás con dos esponjas se podría solucionar el problema...pero esto no nos convencía. ¡Os imagináis en una casa donde vivan 5 personas, que haya que tener 10 esponjas! Era una locura. Además nosotros en esa época éramos jovenzuelos anarquistas que luchábamos contra el consumismo desmesurado.

No, lo de la doble esponja no nos convenció.

Hubo uno que dijo que él no tenía palominos en el culo. Todos nos descojonamos y le dijimos que procediera a callarse inmediatamente. Era el tonto del grupo. Siempre hay uno. Creo que después de ese día, ya no lo llamamos más. Perdimos a un miembro del grupo, pero ganamos en inteligencia.

No me acuerdo si llegamos a dar con una solución viable o seguimos con las magdalenas y los bollycaos. Creo que fue lo segundo.

Pero aprovechando los medios que tenemos actualmente, podría lanzar esta pregunta al mundo. Para eso está internet, ¿no?

Para ir terminando, y llegados a este punto, queridos lectores míos, os propongo el siguiente reto para esta semana:

ENCONTRAR UNA SOLUCIÓN PARA TAN DIFÍCIL CUESTIÓN.

¿Quién se anima?

Al que encuentre la solución le mando un bollycao. Os lo prometo. Palabrita del niño Jesús.

Aquí lo tengo preparado para enviar.

bollycao.jpg

H2
H3
H4
Upload from PC
Video gallery
3 columns
2 columns
1 column
14 Comments